Cartas de su psicoanalista al elector venezolano

José Javier Rojas


Carta al elector chavizta

Estimado Rey Carmesí:

"Tus sueños de abandono y la ausencia de lactancia materna (sustituida por fórmulas elaboradas por las transnacionales de la conspiración lechera) han cimentado en ti un ansia de justicia, una sed vengadora que no se calmará ni con toda la sangre de todos los sacrificios de todas las pirámides precolombinas. Como el asesino en serie potencial que eres, tienes que liquidar una y otra vez a tu enemigo, a tu némesis, a tu contraparte del otro lado del espejo: ése que eres tú mismo pero que reniegas al pintarte la cara de rojo, fútil intento para agrandar las escasas diferencias sustanciales entre los dos. Cada vez el acto de liquidar a tu enemigo es menos satisfactorio, y aunque refinas el ritual para alargarlo y extraer de él el mayor placer posible, el tiempo entre uno y otro acto aunque se está acortando, a ti se te hace cada vez más largo, por lo que tu estado de ansiedad permanente empieza a agravarse con episodios de paranoia maniaca. Durante esos episodios, ves enemigos y traidores en cada esquina confabulados para asesinarte. Los ansiolíticos medicados durante el tratamiento no han surtido los efectos deseados, y a los breves estados de depresión que siguen al agotamiento de los episodios maniacos, les sucede a su vez picos de agresividad inusitada. Toda esta energía derrochada en actos estériles te está agotando, por lo que, abandonando los medicamentos de momento, vamos a intentar una terapia ocupacional para que le veas algún fruto a tanta imaginación desbordante y para que la canalices a tu energía en creación y no en destrucción sistemática."

El elector chavizta ha sido vilipendiado y menospreciado. De él se ha dicho que es un muerto de hambre, un ignorante, un iluso, un resentido o un pícaro clientelar pegado a la cada vez más magra teta del Estado. El elector chavizta incluso ha sido escaldado por su propio candidato, que lo ha acusado de flojo: como sospecha de él, pues lo levanta en las madrugadas de elecciones a punta de bullanga infernal, y lo manda a buscar, a sacarlo del chinchorro y hasta debajo de las piedras si es necesario, implantando una pinza candente entre unidades paramilitares (¿qué es, si no, un batallón por más "desarmado" que esté?) y una ley seca paternalista e insultante que disminuye al elector a una condición de infantilismo: eres demasiado chico para saber que si te embriagas, va a ser muy cuesta arriba que te dé por ejercer tu derecho al voto (¿y si es un derecho votar, ergo no votar también lo es, por qué tiene que ser obligatoria la ley seca?: con prohibir la entrada de ebrios a los centros de votación tienen). Al parecer, ni unos ni otros le dan el menor crédito al elector chavizta: todos le montan una campaña de psicoterror e intentan "persuadirlo" a través del miedo, la coacción y el insulto. " Si no estás conmigo, eres mi enemigo" o "Si no me votas a mí incondicionalmente, ellos vendrán a por ti, a quitarte todo lo que yo te he dado", son las dos variantes principales del mensaje central que es "eres insignificante y estás indefenso".


Carta al elector de oposición

Estimada Reina de Corazones:

"Haber perdido tu posición de privilegio de casta, ésa que dabas por sentada, te ha descolocado por completo, así que proyectas una y otra vez, de manera histérica, tu condición en los demás. Crees que la única verdadera solución es que les corten la cabeza a todos y eso es porque la cabeza ha adquirido una gran carga semántica. La cabeza, el lugar que ocupaste por tanto tiempo, se volvió macrocefálica, gigantesca, desproporcionada con relación al cuerpo. Entonces, cuando estabas en la cabeza, no lo percibías así, pero ahora que estás en la periferia, en algún lugar entre los pies y las rodillas, tienes la distancia necesaria, la perspectiva ideal para darte cuenta del tamaño de tus errores y del alto costo que has tenido que pagar por sus consecuencias: el resto del cuerpo está, entonces como ahora, desatendido, débil y enjuto. El conjunto de esa Gestalt es monstruoso, contranatura y, como no puedes entender la realidad dada tu condición esquizoide, insistes en la única parte que conoces y que te importa: el tema es la cabeza. Tu obsesión es la cabeza. Y solo vives para sustituir una cabeza, la suya, por otra, la tuya. Crees que así estará restaurado el orden natural de las cosas y que todo fluirá por su cauce en una vuelta al Jardín del Edén, a una Edad de Oro que solo existe en tus delirios de negación sistemática de la realidad. El confinamiento estricto y los calmantes parecen haber surtido efecto: no eres ya un peligro real para ti o para los demás, así que no hay problema en que pases a ser paciente ambulatoria. Tus episodios violentos se limitan a un discurso inconexo aunque cíclico y monotemático: estás pegada en el tema de la cabeza. Por fortuna, si concibes alguna acción física violenta, esta está confinada en la tuya propia, por lo que puedes volver a tu casa a tener una vida funcional: como nunca estuviste cuerda para empezar, tu círculo social no notará diferencia alguna con tu desempeño anterior a la crisis nerviosa. La consulta se centrará de ahora en adelante en mitigar y de ser posible erradicar tus compulsiones y adicciones para mejorar tu calidad de vida: vamos a intentar desconectarnos un poco de las redes sociales y todo ese asunto de las tecnologías de la información hasta que estemos seguros de que no funcionan como gatillos de tus crisis nerviosas. Puedes leer el periódico y escuchar radio, pero en la televisión no puedes ver ninguna transmisión local, solamente canales extranjeros, salvo Fox News y Cadena Caracol".

El elector de oposición ha sido vilipendiado y menospreciado. De él se ha dicho que es un apátrida, que está vendido a los intereses transnacionales, que es un mentecato, un tonto útil, que es un ignorante que desconoce su historia, que es racista, que discrimina y desprecia a los que no piensan como él, que es un criminal impune y en fuga, que es un desagradecido, que está loco (disociado es el término), que es un conspirador, un terrorista, un engañado por los curas del Opus, que es reaccionario, contrarrevolucionario, de ultraderechas, entreguista pitiyanqui y oligarca wannabe. El elector de oposición ha sido nariceado por su liderazgo, que hoy dice lo que mañana reniega, para volver al principio pasado mañana, dejándolo siempre con el culo al aire y, encima, con el complejo de culpa por no haber hecho lo suficiente para estar a la "altura" del "sacrificio" de un liderazgo tal, que a las primeras de cambio, sale literalmente volando. El elector de oposición ha sido carne de cañón de las iniciativas más descabelladas y ridículas: lo han vestido de payaso (mimo, en realidad), lo han vuelto monito de organillero caceroleante, lo han convertido en comparsa de bailantas colectivas, lo han hecho prender o apagar luces a deshoras, boicotear tal o cual producto, exigir aumentos y desdeñar rebajas de precios, en fin, el rosario de disparates de la oposición ha atornillado al oficialismo como no han podido ellos hacerlo por sus propios y escasos méritos. Nunca un gobierno tan malo gozó de una oposición tan buena para salirse con la suya. El elector chavizta y el elector de oposición son tratados como lo que son: dos caras de la misma moneda, a través de mensajes de miedo y horror por el otro. "Vienen a por ti, vienen a por tus hijos". La misma xenofobia selectiva de unos, es la de los otros, lo de las banderas es lo anecdótico: "Le están regalando tus reales a los cubanos" es el mismo "los gringos se quieren coger tus reales", el miedo al extranjero que nos ve la cara de pendejos funciona siempre porque nos sabemos pendejos siempre bajo la máscara de vivarachos caribes. No es entonces que el extranjero sea maquiavélico, manipulador y artero, es que somos unos zoquetes y tal como reza el adagio: "Cada minuto nace un imbécil, y el que lo agarre, que se lo quede y se lo goce".


Carta al elector NiNi

Estimado Gato de Cheshire:

"Tus ínfulas de estar por encima de los demás, tu complejo de superioridad, enmascara tus ansias por pertenecer (sin lograrlo) a ningún agregado social. Careces de habilidades para interrelacionarte, eres un sociópata en el sentido estricto del término: no funcionas en sociedad. Al dolor de los rechazos iniciales que sufriste en tu infancia y adolescencia has antepuesto una sonrisa burlona de desprecio por los demás que no es otra cosa que el miedo al desprecio de los demás. Estás y no estás, y siempre te difuminas al final entre unos y otros, escondiéndote en sofismas, citas obscuras, latinazos y demás cultismos que solo tratan de agrandar la brecha entre ti y los que te rodean. Tu sonrisa es una mueca de la tristeza profunda que sientes por tu soledad, por la condena a estar entre quienes quieres que te comprendan, pero por quienes no tienes interés real en llegar a comprender. Eres soberbio y eres infantil, quieres que todo gire en torno a tus propias necesidades no satisfechas, pero no estás dispuesto a la vida de adulto que pasa por interesarse de verdad por la vida de los demás, y vivir con ellos sus problemas para que ellos vivan contigo lo tuyos. Vives encerrado en ti mismo, lamiendo tu pelaje, afilando tus garras, entretenido en juegos y viendo todo desde la distancia seguro de no formar parte de nada. Es necesario que hagamos ejercicios de empatía, terapia de grupos con intercambio de roles en los psicodramas para que accedas a las realidades no desde la frialdad intelectual sino desde adentro, del lado vivencial, para que puedas apreciar y respetar las subjetividades de los otros".

El elector NiNi es el más vilipendiado y despreciado de todos los electores venezolanos, pues todos los improperios de chaviztas y opositores hacen diana en él. Para empezar, ni siquiera tiene un nombre propio que merezca llamarse así. El elector NiNi es un constructo, un saco de gatos epistemológico de las encuestadoras en el que caben pasotas hedonistas, indiferentes con ínfulas de importantes, independientes desencantados que deshojan la margarita, abstencionistas estructurales hardcore y abstencionistas accidentales de uno y otro bando. Su identidad es la No Identidad, y a tan elusiva taxonomía han atacado (siempre y muy mal) las campañas electorales que creen que es estéril tratar de persuadir a quien está del otro lado de la calle, en la acera de enfrente, por lo que se desgastan en convencer al NiNi que tiene su objetivo tan claro como los otros dos grupos de lectores tienen los suyos. Tal como los otros dos grupos, en el Planeta NiNi convive todo el abanico que va desde la ultrizquierda mariguanera más radical hasta la ultraderecha más falangista concebible pasando por el pragmático centrocentrismo más pan con yuca, pura forma y cero fondo, la ideología bien gracias. Ninguno de los tres grupos de electores venezolanos es tan estereotipado y homogéneo como nos los han querido pintar. El NiNi por cierto sí es el más enigmático, y peligroso: ese quantum que hoy lo pone a votar aquí y mañana acullá y pasado en ninguna parte, atormenta a los jefes de campaña y a los creativos publicitarios. Hasta la fecha solo han atinado a saber qué no le gusta, pero malditos si se enteran qué demonios busca esa gente tan rara que no le gusta fotografiarse en grupo. Por eso, algunos han preferido inventarse la No Existencia del NiNi, lo que equivale a resolver la ecuación eliminando la incógnita. En algún lugar de la intangible e inabarcable nube de los NiNi cohabita el genio de la botella, el loco latente que saldrá a dinamitar el sistema y mandarlo todo bien largo a la porra y ahí sí que se acabó el pan de piquito y todos a llorar al valle, colorín colorado, ya cantó la gorda, recojan esos vidrios.

1 comentario:

  1. ...Millares de millones de nanosegundos transcurrieron, clústers infinitos de aburrimiento:... CONTINÚA...

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